MEDITACIÓN S.O.S

MEDITACIÓN S.O.S

¿Quién dice que se necesita mucho tiempo para meditar? Despejemos algunos mitos y acerquémonos a la meditación sin miedo. Toda nuestra vida se beneficiará de ello.
Encontrar un espacio interior para el bienestar y recargar las pilas es sencillo y está al alcance de todos, pero hay que tener paciencia, sobre todo si ya no eres un niño y tienes una vida ajetreada.
Al igual que usamos y ocupamos los espacios de nuestra vida: casa, oficina, coche, ... De la misma manera usamos y ocupamos nuestros espacios interiores. Cuando pregunto a la gente si tiene espacios vacíos en casa, como habitaciones, armarios, cajones, todos me dicen que todos los espacios posibles están utilizados y llenos. De la misma manera, entonces, podemos imaginar que también hemos utilizado nuestros espacios interiores, llenándolos con muchas, demasiadas cosas. No necesariamente negativas, pero ciertamente diversas: emociones, recuerdos, sensaciones, traumas, dolores, alegrías, ... que no siempre habrán sido ordenadas y catalogadas y luego puestas en el lugar correcto.
A veces, al igual que hacemos con los armarios y cajones, los habremos puesto ahí, diciéndonos que en cuanto tengamos más tiempo, los guardaremos. Y entonces no hemos encontrado el tiempo, no nos lo hemos dedicado a nosotros mismos y las cosas, incluso dentro, se han acumulado y, si se me permite decirlo, ¡se han desordenado! Con el resultado de que cuando miramos dentro podemos encontrar un poco de confusión y poco espacio.
Pues bien, ¡ha llegado el momento de poner orden y espacio! ¿Cómo? Con la meditación.
Un camino de Meditación siempre comienza con la reapropiación de nuestro espacio interior, nuestra Puja como dirían en la India, un templo sagrado dentro de nosotros, seguro y certero, al que podemos volver siempre que sintamos la necesidad.
Al recuperar la posesión de este Espacio Sagrado, podremos volver a un contacto sincero y real con nosotros mismos; esto nos dará la posibilidad de vivir mejores relaciones, de gestionar los problemas con más desapego emocional, podremos razonar y recordar mejor, poniendo en marcha habilidades cognitivas largamente olvidadas.
Empecemos por fijarnos un objetivo, la meditación debe ser una cita a marcar en nuestra agenda. Como primer paso, no nos pongamos un objetivo demasiado grande, empecemos por sacar unos minutos al día para dejarlo todo e intentar movernos por dentro. Ayudados por el ritmo de nuestra respiración, será fácil permitirnos unos momentos de pausa y reflexión. Pero recuerda, dos reglas esenciales para empezar con buen pie: ¡una sonrisa en los labios y la reflexión sobre los pensamientos positivos!
Empecemos con "Soy feliz y agradecido y soy UNO con la Madre Tierra".
Intenta no tener expectativas, sobre todo al principio, comprométete a practicar la meditación como si fuera un ejercicio físico, y no te desanimes si los resultados no parecen llegar al principio.
Aprender a meditar es muy parecido a aprender a tocar un instrumento musical, al principio es un ejercicio de destreza física y de concentración en los movimientos a realizar, con la práctica los movimientos del cuerpo se volverán automáticos y todo el cuerpo se concentrará en la música y sus vibraciones. El trabajo personal de meditación se realiza de la misma manera: compromiso, perseverancia y delicadeza, para desarrollar los oídos internos y poder elevar la conciencia a algo más grande y profundo.
No debemos desanimarnos si al principio la mayor parte del tiempo dedicado a nuestra práctica de meditación lo pasamos divagando en mil pensamientos, sino que debemos llevar nuestra conciencia a esos momentos, por pocos que sean, en los que la mente estuvo en paz, en los que sentimos silencio, paz y una especie de tensión ascendente.
Todos estamos familiarizados con la sensación de que la mente divaga de un pensamiento a otro, por lo que no nos resulta difícil reconocer los momentos de estar en paz, que son los de verdadera meditación y relajación. Pero es importante, para tener una práctica regular, establecer un plan de Meditaciones, mejor si es diario. Para empezar de la mejor manera posible, te recomiendo que dediques un rato a la meditación... sí, ¡me has oído bien!
Aborda la meditación con sesiones cortas (10/15 minutos), tómate este tiempo de la forma más sencilla posible. En la oficina, en su escritorio, en el metro con los auriculares en los oídos y acompañando una música relajante o una breve meditación guiada, en el coche frente al colegio esperando la salida de su hijo, en la cola de la oficina de correos. Valora tu tiempo, lo que sueles etiquetar como "tiempo perdido" y ofrécele a tu mente 10 minutos de paz y conciencia. Para empezar, recomiendo la técnica "MindClearing" (EIFIS Editore), una meditación breve y sencilla que he diseñado para despejar tu mente de todos los pensamientos estresantes.
Intentemos dedicarle ahora 3 minutos de respiración consciente.
Por favor, no haga este ejercicio si está conduciendo.
Cierra los ojos, elige una posición cómoda, sentado o de pie, ahora lleva tu conciencia a la respiración, sigue el aire cuando entra en ti, síguelo visualmente desde la punta de la nariz e imagínalo en su camino hacia los pulmones, y luego síguelo en su salida, en la exhalación, cuando sale de la boca.
Con calma, permaneciendo tranquilo y consciente, no hay prisa.
Simplemente sigue el flujo de aire que entra y sale de ti.
¿Cómo te sientes ahora? ¿Cómo es tu respiración?
¿Está tranquilo? ¿Profundidad?
¿Ha cambiado la calidad de sus pensamientos?
¿Estás más sereno?
Si es así, has tenido una buena primera experiencia de concienciación, como has visto, sólo han hecho falta 3 minutos para calmarnos y volver a una situación más centrada y presente.
Mi invitación es a que sigas practicando, dándote al menos 3 minutos al día practicando este sencillísimo ejercicio de respiración mindfulness o los otros que están contenidos en mi libro "3 minutos al día" (EIFIS Ediciones).
"Sólo hay dos poderes que unidos pueden llevar a cabo esa cosa grande y difícil que es la meta de nuestros esfuerzos: una aspiración constante e indomable que llama desde abajo y una Gracia Suprema que responde desde arriba."
Estas son las maravillosas palabras de Sri Aurobindo.
Atma Namaste a todos.
Elena